Historia

Biblia hebrea con tárgum en arameo, manuscrito del siglo
XI. Presenta el texto de Éxodo 12:25-31 en caracteres hebreos.
La Biblia es una recopilación de
textos que en un principio eran documentos separados (llamados «libros»),
escritos primero en hebreo, arameo y griegodurante un periodo muy dilatado y
después reunidos para formar el Tanaj (Antiguo Testamento para
los cristianos) y luego el Nuevo Testamento. Ambos testamentos forman la
Biblia cristiana. En sí, los textos que componen la Biblia fueron escritos a lo
largo de aproximadamente 1000 años (entre el900 a. C. y el 100 d. C.).
Los textos más antiguos se encuentran en el Libro de los Jueces («Canto
de Débora») y en las denominadas fuentesE (tradición
elohísta) y J (tradición
yahvista) de la Torá (llamada Pentateuco por los cristianos), que son
datadas en la época de los dos reinos (siglos X aVIII a. C.). El libro completo más
antiguo, el de Oseas es
también de la misma época. El pueblo judío identifica a la Biblia con
el Tanaj, para el que carece de sentido y no es
aceptada la denominación como Antiguo Testamento al no aceptar la validez del
Nuevo Testamento.
El canon de la Biblia que conocemos hoy fue
sancionado por la Iglesia católica,
bajo el pontificado de san Dámaso I, en el Sínodo de Roma del
año 382, y esta versión es la que Jerónimo de Estridón tradujo
al latín. Dicho canon consta de 73 libros: 46 constitutivos del
llamado Antiguo Testamento, incluyendo 7 libros llamados actualmente Deuterocanónicos (Tobit, Judit, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc) ―que han sido impugnados por judíos y
protestantes― y 27 del Nuevo Testamento. Fue confirmado en el Concilio de Hipona en
el año 393, y ratificado en el Concilio III de Cartago (en el año 397), y
el IV Concilio de Cartago, en el año 419.
Cuando reformadores protestantes lo
impugnaron, el canon católico fue nuevamente confirmado por medio de una
declaración dogmática, definida en la cuarta sesión del Concilio de Trento,
del 8 de abril de 1546. Las definiciones doctrinales del Concilio de
Trento no fueron reconocidas ni asumidas por muchos protestantes, surgidos a
partir del siglo XVI, ni por distintas denominaciones vinculadas al
protestantismo surgidas a partir del siglo XIX. El canon de las biblias
cristianas ortodoxas es aún más amplio que el canon de las biblias católicas
romanas, e incluye el Salmo 151, la Oración de Manasés,
elLibro III de Esdras y
el Libro III
de los macabeos. En adición a estos, el Libro IV de Esdras y el Libro IV
de los macabeos figuran, asimismo, como apéndices en muchas
importantes versiones y ediciones de la Biblia cristiana ortodoxa.
El Antiguo Testamento narra
principalmente la historia de los hebreos y
el Nuevo Testamento la vida, muerte y resurrección de Jesús, su
mensaje y la historia de los primeros cristianos. El Nuevo Testamento fue
escrito en lengua griega koiné. En él se cita con frecuencia al Antiguo
Testamento de laversión de los Setenta,
traducción al griego del Antiguo Testamento realizada en Alejandría (Egipto) en el siglo III a. C.
Para los creyentes, la Biblia es la
palabra de Dios, de inspiración divina, aunque su redacción se realizó a través
de hombres elegidos que usaron de sus facultades como verdaderos autores. Se
trata de una obra eminentemente espiritual que los creyentes interpretan como
la forma que tuvo Dios de revelarse a sí mismo y manifestar su voluntad de
salvación de la Humanidad, además de su carácter y atributos.
Para los creyentes cristianos, la
Biblia es la principal fuente de fe y doctrina en Cristo. En el siglo XVI los diferentes movimientos
de la Reforma protestante comenzaron
a experimentar un alto desgaste en discusiones filosóficas y a separarse unos
de otros; para menguar este problema se definió el principio llamado «sola
escritura», que significa que solamente la Biblia puede ser considerada fuente
de doctrina cristiana. Para la Iglesia católica romana,
además de la Biblia, también son fuente doctrinal la tradición, las enseñanzas
de los Padres de la Iglesia(discípulos
de los apóstoles), y las decisiones emanadas de los
Concilios. Esta divergencia entre cristianos se intensificó después de 1870,
cuando el papa Pío IX promulgó la
constitución Pastor Aeternus,
delConcilio Vaticano I,
que reafirma el Primado Romano y proclama la infalibilidad del papa en asuntos
de fe, moral y doctrina cristiana (dogma de la
infalibilidad papal) cuando habla ex cathedra
(18 de julio de 1870) en cuanto único «sucesor de Pedro» y, consecuentemente, «custodio y
depositario de las llaves del Reino de los Cielos»―. Mientras que los
cristianos protestantes rechazan esta aseveración y consideran como cabeza
única de la iglesia a Jesucristo. Para ambas partes esta gran diferencia ya no
es considerada tan solo en términos filosóficos o religiosos, sino como
designios divinos plasmados y asentados en la Biblia misma.
Para los judíos ortodoxos, por
supuesto, el Nuevo Testamento no tiene validez. El judaísmo rabínico considera
como fuente de doctrina el Talmud, mientras los caraítas defienden desde el siglo VIII el Tanaj como
única fuente de fe.
Antiguo Testamento y
Nuevo Testamento
El canon del Antiguo Testamento cristiano
entró en uso en la Septuaginta griega,
traducciones y libros originales, y sus diferentes listas de los textos. Además
de la Septuaginta, el cristianismo posteriormente añadió diversos escritos que
se convertirían en el Nuevo Testamento. Poco diferentes listas
de las obras aceptadas siguió desarrollando en la antigüedad. En el
siglo IV, varios sínodos fueron elaborando listas de escritos sagrados que
fijaban un canon del Antiguo Testamento de entre 46 y 54
distintos documentos y un canon del Nuevo Testamento de 20 a
27, siendo este último el utilizado hasta el día de hoy; el cual fue definido
finalmente en el Concilio de Hipona en
el año 393. Hacia el año 400, Jerónimo había escrito una edición
definitiva de la Biblia en latín (véase la Vulgata), el Canon de la cual, debido en parte
a la insistencia del papa Dámaso, fue hecho coincidir con
decisiones de varios de los Sínodos reunidos con anterioridad. Con el beneficio
de la retrospectiva se puede decir que estos procesos establecieron de manera
eficaz el canon del Nuevo Testamento, aunque hay otros ejemplos de
listas canónicas en uso después de este tiempo. Sin embargo, esta lista
definitiva de 27 libros no fue legitimada por ningún Concilio ecuménico sino
hasta el Concilio de Trento (1545-63).
Durante la Reforma protestante,
algunos reformadores canónicos propusieron diferentes listas de las que se
encuentra actualmente en uso en la Iglesia de San Pedro de Roma. Aunque no sin
debate la lista de los libros del Nuevo Testamento vendría a
seguir siendo la misma, sin embargo, en el Antiguo Testamento los
textos presentes en la Septuaginta cayó de favor. En el momento en que vendría
a ser eliminado de la mayoría de los cánones protestantes. Por lo tanto, en un contexto
católico estos textos se denominan libros deuterocanónicos,
mientras que en un contexto protestante que se hace referencia como libros apócrifos,
la etiqueta se aplica a todos los textos excluidos del canon bíblico que
estaban en la Septuaginta. Cabe señalar también, que tanto católicos como
protestantes describen algunos otros libros, como el Libro de los hechos de Pedro, como apócrifos.
Por lo tanto, el Antiguo Testamento
protestante de hoy tiene 39 libros ―el número varía del número de los
libros en el Tanaj (aunque no en contenido) a causa de un método diferente de
la división―. También varía el orden y el nombre de los libros, mientras que la Iglesia católica romana reconoce
a 46 libros como parte del Antiguo Testamento canónico.
El libro de Enoc es
aceptado en el canon del Antiguo Testamentosolo por la Iglesia ortodoxa
etíope. El término «Escrituras hebreas» es solo sinónimo del Antiguo
Testamento protestante (no católico) que contiene las Escrituras hebreas y
textos adicionales. En cuanto al canon del Nuevo Testamento, son 27 libros
en el canon de la Iglesia católica romana, aceptado por la mayoría de las
Iglesias de la Reforma. La Iglesia siria solo
acepta 22 libros en su canon. Libros como el Primer libro de
Clemente y el Segundo libro de Clemente, el Libro
de la Alianza, el Octateuco y otros, han sido motivo de
disputas, y se encuentran canonizados por la Iglesia católica apostólica ortodoxa.
Estructura
Un libro de la Biblia es un grupo
establecido de escrituras. Por ejemplo, el Libro de los Salmos (en hebreo Tehilim o ‘canciones
de alabanza’) tiene 150 canciones (151 en la versión de los Setenta), mientras que laEpístola de Judas es
una carta de media página.
La Biblia hebrea o Tanaj está
dividida en tres secciones: los cinco libros de Moisés (la Torá), los libros escritos por los profetas
hebreos (los Profetas o Nevi'im)
y unos libros que no entran en las dos categorías anteriores (las Escrituras o Ketuvim); estos son conocidos como hagiógrafa o
simplemente «las Escrituras».
La Biblia judía fue
escrita predominantemente en hebreo, pero tiene algunas pequeñas partes que
fueron escritas en arameo. En la Biblia cristiana,
la Biblia hebrea es llamada Antiguo Testamento,
para distinguirla del Nuevo Testamento, que es la parte que narra
la vida de Jesús y su predicación, entre otras cosas. El Nuevo
Testamento está dividido en los cuatro Evangelios, historia (Hechos de los
Apóstoles), las cartas (epístolas) a iglesias cristianas por Pablo y otros apóstoles, y el Apocalipsis.
Las Biblias cristianas
contienen la totalidad del Tanaj (o Antiguo
Testamento), junto con un grupo de textos posteriores cristianos, conocidos
como el Nuevo Testamento.
Dentro del cristianismo no hay acuerdo completo sobre el número exacto de libros
que debe tener (con igual reconocimiento) el Antiguo Testamento, es
decir, sobre su canon. Hasta el siglo XVI se mantuvo en Occidente la
traducción latina de san Jerónimo conocida
como «la Vulgata» (proveniente del latín vulgar) que incorporaba tanto el canon
judío como aquellos escritos de la Septuaginta griega. Con la Reforma protestante, Martín Lutero cuestionó la necesidad de
mantener los libros «apócrifos» junto a los del canon judío y los agrupó como
un apéndice edificante al final de su traducción al alemán de la Biblia.
La Iglesia católica romana confirmó,
sin embargo, el canon de la Biblia de los
Setenta y de la Vulgata en el Concilio de Trento (1545-1563),
reconociendo más claramente la canonicidad de algunas escrituras cuestionadas
por Lutero, que desde ese mismo siglo comenzaron a ser llamados Deuterocanónicos (concepto
introducido por Sixto de
Siena). Las iglesias orientales también reconocen plena canonicidad
a los deuterocanónicos, agregando también otros libros que se encuentran en
códices antiguos, como el Salmo 151, la Oración de Manasés, III y IV Esdras, y III y IV Macabeos.
La Iglesia copta acepta
asimismo en su canon el Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos.
El Nuevo Testamento hace referencia tanto a los libros
deuterocanónicos como al Libro de Enoc, y narra los sucesos de la
pasión de Cristo de acuerdo con el cómputo asentado en el Libro de los
jubileos. En cuanto al resto de los libros, no hay disputa alguna y todos
los grupos cristianos tienen los mismos libros en el Nuevo Testamento de
la Biblia.
Cánones bíblicos
La palabra canon significa
‘regla’ o ‘medida’, así que se le llama canon bíblico al
conjunto de libros que integran la Biblia según una tradición
religiosa concreta, que los considera así «divinamente inspirados» y los
distingue de otros textos que no se consideran revelados. Estas diferencias
entre las distintas ramas del cristianismo se dan únicamente para el Antiguo
Testamento; por ejemplo, según la Iglesia católica son 46 libros, y
según la mayoría de iglesias protestantes son 39. Con relación al Nuevo
Testamento todas tienen el mismo número de libros.
El primer canon es el Pentateuco, el cual se compone de los libros
del Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio y contiene la «Ley de Dios»,
que es el conjunto de los 613 preceptos del judaísmo(Mitzvá).
Dentro del judaísmo surge disputa
sobre el canon correcto. Un grupo religioso, los saduceos, sostiene que solamente conforma el
canon de las Escrituras la Torá (‘la Ley’) o Pentateuco (‘cinco
libros’), mientras que otros grupos también incluyen los Nevi'im (Profetas) y los Ketuvim (los Escritos). Después de la
destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C.,
el grupo judío predominante fue el de los fariseos, que sí considera al canon como
conformado por la Ley, los Profetas y los Escritos. Así, a finales del siglo I el judaísmo estableció en Yamnia
(Yavne) como canon de sus libros sagrados
aquellos que cumplieran tres requisitos: que hubiera una copia del libro en
cuestión que se supiera que fue escrito antes del año 300 a. C. (cuando la helenización llegó
a Judea, con los problemas culturales y
religiosos subsecuentes, y que pueden leerse en libros como el Libro de los
macabeos o el Libro de Daniel), que dicha copia
estuviera escrita en hebreo o cuando menos arameo (no griego, la lengua y
cultura invasora) y que tuviera un mensaje considerado como inspirado o
dirigido al pueblo de Dios (con lo que también algunos libros que cumplían las
dos características anteriores tuvieron que salir del canon).
En tiempos de Jesús de Nazaret es
dominante la segunda opinión, la cual es sostenida y transmitida por muchos
cristianos hasta tiempos de la Reforma protestante con
la controversia de los libros deuterocanónicos (ver «Estructura», ut
supra). Esta controversia probablemente se originó precisamente por el
hecho de que el judaísmo había establecido su canon a fines del siglo I, con lo que para ellos ya no
estaban presentes aquellos textos que solo se encontrarían en griego (en la
versión de la Biblia judía de los Setenta). Estos libros fueron
precisamente los que se considerarían, posteriormente, como deuterocanónicos.
La versión judía de la Biblia,
llamada el Tanaj, consta de 24 libros, con
ciertas diferencias respecto a las Biblias cristianas. Algunas
de ellas son:
·
Los nombres de varios libros: Éxodo para el original Shemot (‘nombres’); Levítico para Vaikrá (‘y llamó’).
·
La subdivisión en tres secciones:
·
Nevi'im, los profetas
anteriores (Josué, Jueces, Samuel y Reyes) y profetas posteriores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y los 12 profetas
menores); y
·
El orden de los libros.
Actualmente, los libros que no son
considerados canónicos por católicos y ortodoxos, reciben el nombre de libros apócrifos;
a su vez, esos mismos libros suelen ser denominados pseudoepígrafos por los
protestantes, que, habitualmente, respetan también el nombre de Deuterocanónicos (literalmente,
‘del segundo canon’) para aquellos que han recibido reconocimiento canónico de
católicos y ortodoxos (en general, son libros escritos originalmente en griego,
incluidos en la traducción al griego de la Biblia judía
conocida como Septuaginta o de los LXX). No obstante, algunas corrientes
protestantes fundamentalistas insisten en conservar el nombre de apócrifos para
los libros deuterocanónicos. Con todo, hay que señalar, que los primeros
cristianos no usaban la Biblia hebrea, sino que usaban la Septuaginta o de los LXX por cuanto
varios de los nuevos cristianos fueron judíos de cultura griega, como por
ejemplo, Pablo de Tarso, san Esteban, y
los evangelistas san Lucas y san Marcos.
Así pues, las versiones católicas de
la Biblia constan de 73 escritos, en tanto que las más de
las versiones protestantes solo contienen 66. Sin embargo, las Biblias de
los anabaptistas, luteranos, anglicanos yepiscopalianos, incluyen los deuterocanónicos,
si bien bajo el rubro de «apócrifos»; ya que los consideran «lectura
edificante», pero no canónica. Las versiones ortodoxas, por su parte, incluyen
76 libros en total. Además, la Iglesia copta incluye
en su canon del Antiguo Testamento el Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos,
que no incluye ninguna de las otras corrientes actuales del judeocristianismo,
pero que eran libros bastante populares en los tiempos de Cristo; de lo cual
han quedado vestigios incluso en los escritos del Nuevo Testamento.
La Iglesia siria reduce
el número de libros del canon, pues solo acepta 22 en el Nuevo
Testamento.
La Biblia de
Gutenberg.

La Biblia cristiana
Las biblias cristianas están
constituidas por escritos hebreos, arameos y griegos, que han sido retomados de
la Biblia griega, llamada Septuaginta, y del Tanaj hebreo-arameo,
y luego reagrupados bajo el nombre de Antiguo Testamento.
A estos se ha sumado una tercera serie de escritos griegos cristianos agrupados
bajo el nombre deNuevo Testamento.
Distintos grupos cristianos han debatido largamente sobre la inclusión o
exclusión de algunos de los libros de ambos testamentos, surgiendo los
conceptos de apócrifos y deuterocanónicos para
hacer referencia a algunos de estos textos.
La comunidad judía actual reserva la
expresión «Biblia cristiana» para identificar solo a los libros que han sido
añadidos al Tanaj hebreo-arameo por el judaísmo
tardío helenizante alejandrino, y luego por el cristianismo, y evita referirse
a su Tanaj con los términos Biblia o Antiguo
Testamento. Varias denominaciones cristianas incorporan otros libros en el
canon de ambos Testamentos.
El Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento es la serie de
textos sagrados israelitas anteriores a Cristo, y que es aceptada por todos los
cristianos como primera parte de las biblias cristianas. En términos generales,
no existe un consenso general entre los diferentes grupos de cristianos sobre
si el canon del Antiguo Testamento debe corresponder al de la
Biblia griega, con deuterocanónicos, que es lo que plantean las iglesias
cristianas ortodoxas y católica romana a través de su historia, o al del Tanaj
hebreo, que es lo que plantean los judíos actuales, algunos protestantes, y
otros grupos cristianos emanados de estos. En total se numeran en el Antiguo
Testamento 39 libros en la versión protestante, 46 libros en la versión de
la Iglesia católica, y 51 libros en la de la Iglesia ortodoxa. Sin
embargo, el orden, nombres y particiones de los libros del Antiguo Testamento
de las biblias cristianas, a través de la historia, siguen la usanza griega y
no la hebrea. Y, de la misma forma, varía del judaísmo en la interpretación y
énfasis. (Véase, por ejemplo, el Libro de Isaías 7:14.).
Aparte de los libros propios del texto griego de la Biblia, el canon de la
Iglesia copta admite otros libros, como el Libro de Enoc y el Libro de los
Jubileos.
El Nuevo Testamento
Biblia de Génova,
una de las principales traducciones de la Biblia alinglés por
parte del movimiento protestante del siglo XVI. En la imagen, el Padre nuestro en el evangelio de Lucas.
El Nuevo Testamento es
una colección de 27 libros, representativos de 5 diferentes géneros
literarios judeocristianos:
·
4 Evangelios,
·
1 Libro de Hechos,
·
1 Apocalipsis, y
·
19 Epístolas (6 epístolas «católicas» o apostólicas, y 13 epístolas
paulinas). Una séptima epístola católica ―a saber, la Primera epístola
de Juan―, y una decimocuarta epístola paulina ―concretamente, la Epístola a los
hebreos―, realmente pertenecen al género ensayístico o doctotratadístico, es
decir, se trata de tratados doctrinales, con lo que representan un quinto
género de escritos del Nuevo Testamento. La figura protagónica es Jesús de Nazaret,
llamado Cristo. Casi todos los cristianos, con algunas excepciones, como el
cristianismo gnóstico de los
primeros siglos, han venido asumiendo el Nuevo Testamento como
un texto sagrado divinamente inspirado. Sin embargo, no hay unidad universal en
el canon del Nuevo Testamento. Son 27 libros en el canon de la
Iglesia católica romana, aceptado por la mayoría de las Iglesias protestantes.
La Iglesia cristiana ortodoxa de Siria solo acepta 22 libros en su canon.
Libros como el Primer libro de Clemente y el Segundo
libro de Clemente, el Libro de la Alianza, el Octateuco y
otros, han sido motivo de disputas, y son aceptados por parte de otras Iglesias
cristianas.
Otros libros referenciados en la Biblia
Dentro del texto bíblico se mencionan
algunos libros y epístolas de los cuales no se cuenta con copias reportadas
actualmente o solo se conservan fragmentos. Generalmente se les menciona como
referencias primarias, escritos de elaboración anterior o como complemento de
lo escrito dentro del contexto donde se los menciona. En el caso del Libro
de Enoc, este ha venido siendo tenido por apócrifo por la mayoría de
religiones (siendo caso contrario el canon de la iglesia ortodoxa etíope) a
pesar de haber sido referenciado en la Biblia y encontrarse en
un estado íntegro de contenido.
La siguiente lista parcial muestra
algunos de los libros que no están disponibles hoy en día en la mayoría de
ediciones bíblicas. Dichos libros son:
Conservación e integridad de la Biblia
Existen opiniones divididas en cuanto
a la afirmación de que gran parte de la Biblia se ha
conservado sin cambios importantes hasta nuestros días. Actualmente, la
creencia común en casi toda la cristiandad supone la infalibilidad y/o
inerrancia del texto bíblico, dando por sentado que la Biblia está
exenta de todo error, siendo perfecta como palabra de Dios al hombre. Este
concepto es similar a la doctrina de la sola scriptura, donde se considera que la Biblia contiene
todo lo necesario para la salvación del hombre. En el credo de Nicea se confiesa la creencia de
que el Espíritu Santo «ha hablado por medio de los profetas». Este credo ha
sido sostenido por los católicos romanos, católicos ortodoxos, anglicanos,
luteranos y la mayoría de denominaciones protestantes. Sin embargo, como nota
Alister E. McGrath, «los reformadores no vieron conectado el asunto de la
inspiración con la absoluta fiabilidad o verdadera inerrancia de los textos
bíblicos». Él dice:
[...] el desarrollo
de las ideas de 'infalibilidad bíblica' o 'inerrancia' dentro del
protestantismo pueden ser trazadas a los Estados Unidos a mediados del
siglo XIX.28
Los defensores de la idea de que las
escrituras bíblicas son fieles y están completas se basan en la cantidad de
copias idénticas que, desde tiempos remotos, se ha realizado de las mismas. Los
copistas hebreos de las Escrituras, denominados masoretas, que copiaron las Escrituras hebreas
entre los siglos VI y X solían contar las letras para evitar
errores.
Quienes no están de acuerdo con estas
afirmaciones apelan a circunstancias tales como traducciones de un idioma a
otro, copiado de manuscritos, opiniones
divergentes en dogmas y/o destrucción deliberada y sostienen por tanto que la Biblia no
ha llegado como un volumen completo. Hallazgos tales como los manuscritos del
Mar Muerto han mostrado que, en gran parte, esto sucedió antes
del siglo I de nuestra era, aunque los textos
encontrados allí, y los conocidos hasta entonces, parecen presentar cambios
menores. En otros casos, libros tales como los Evangelios apócrifos fueron
descartados del canon aceptado durante los concilios ecuménicos,
como parte de un esfuerzo por mantener la integridad doctrinal. Casos como el
del hallazgo del texto completo del Evangelio de Tomás entre
los Manuscritos de
Nag Hammadi, entre otros textos tomados por heréticos en su momento,
evidencian un proceso editorial paulatino en épocas pasadas. Hay otros textos
relevantes relacionados con la Biblia «original» como los
escritos apócrifos hallados enEgipto y Cisjordania (Qumrán, cerca del Mar Muerto), e incluso en países muy lejanos
hacia el Sur y el Oriente. Estos han supuesto una nueva interrogante acerca de
si ya estaría completo el canon bíblico, o habría que revisarlo de forma
detallada.
Arqueología bíblica
Las investigaciones arqueológicas en
la zona donde se desarrollan los hechos narrados en la Biblia tienen
como un resultado añadido la comprobación de los hechos, lugares y personajes
que aparecen citados en los diferentes libros que componen la Biblia.[cita requerida] Incluso
se ha llegado a crear el término de arqueología bíblica para
denominar a una parte de la arqueología que se encarga de estudiar los lugares
indicados en la Biblia.[cita requerida]
Hay varios casos en que los
descubrimientos arqueológicos han señalado congruencias con los hechos o
personajes bíblicos. Entre esos descubrimientos se encuentran los siguientes:
·
Rey Sargón II de Asiria. Este personaje, que aparece en
Isaías 20:1, no pudo ser confirmado hasta que en 1843 se
descubrieron las ruinas de su palacio. Se hallaron escritos en los que se
relatan las conquistas de las ciudades de Samaria y Asdod que
aparecen también relatados en el libro de Isaías.[cita requerida]
·
Joaquín, rey de Judá.
El descubrimiento de las tablillas de Babilonia permitió
la confirmación de la existencia del rey Joaquín de Judá y sus cinco hijos que
aparecían nombrados en el Segundo libro de
los reyesy el Primer libro de
crónicas.[cita requerida]
·
El sello
de Yehujal. En 2005 la arqueóloga Eilat
Mazar descubrió un sello de arcilla en el cual se
nombraba Yehujal (Jehucal o Jucal),
un funcionario judío que es nombrado en el libro de Jeremías.[cita requerida]
·
Hallazgos en Nínive. En el palacio de Senaquerib hay un bajorrelieve que
muestra a las tropas asirias llevando cautivos a los israelitas tras la caída
de Laquis, hecho relatado en el Segundo libro de los reyes.29En las piezas conocidas como Anales
de Senaquerib se relatan los hechos realizados durante el reinado de Ezequías y a este mismo personaje.
También es curioso como en el listado de ciudades conquistadas por los asirios
no aparece Jerusalén lo cual concuerda con el relato bíblico de que fueron
derrotados a sus puertas,30 al igual que se relata el
asesinato de Senaquerib que están incluidos en el Segundo libro de los reyes,
capítulo 19, versículo 37 (También en 2 Crónicas 32: 21 y en Isaías 37: 37-38).31
·
El Cilindro de Ciro.
Se encontró en Sippar, cerca de Bagdad (Irak).
Narra la conquista de Babilonia por Ciro el Grande. Algunos ven en el relato de
Isaías 13:1, 17-19 e Isaías 44:26-45:3 la profecía de la destrucción
de Babilonia por Ciro. También en el cilindro se expone la política de Ciro de
dejar volver a los pueblos deportados a su tierra de origen, tal y como sucedió
con los israelitas.32
La arqueología también ha brindado
descubrimientos interesantes con relación a la conformación de los propios
textos bíblicos.[cita requerida] Los
descubrimientos del Evangelio de Tomás y
del Evangelio de Felipe,
por ejemplo, reforzaron la Hipótesis de Q.[cita requerida] Unos
pocos eruditos se inclinan a opinar que el Evangelio de Tomás es
más antiguo que los 4 canónicos y que al igual que Mateo y Lucas, tuvo a Q
por fuente documental.[cita requerida] Conforme
a quienes apoyan la hipótesis de la Fuente Q, los evangelios más antiguos
serían colecciones de dichos de Jesús que no narrarían la crucifixión ni la
resurrección, sino que se preocuparían por mantener el registro de las
enseñanzas del Maestro.[cita requerida]
Crítica bíblica
La crítica
bíblica es el estudio e investigación de los escritos bíblicos
que busca discernir juicios sobre estos escritos.33 Viendo los textos bíblicos con
un origen humano más que sobrenatural, se pregunta cuando y donde se origina un
determinado texto. Cómo, por qué, por quién, para quién y en que circunstancias
fue producido, que influencias existen en su producción, que fuentes se habrían
utilizado en su composición, y que mensaje se pretende transmitir.
La crítica bíblica varía levemente
según se focalice en el Antiguo Testamento,
las cartas del Nuevo Testamento o
los Evangelios canónicos y
juega también un papel importante en la búsqueda del
Jesús histórico.
También alude al texto físico,
incluyendo el significado de cada palabra y el modo en el que se utiliza cada
una de ellas, su preservación, historia e integridad. De hecho, la crítica
bíblica es una disciplina que abarca un amplio rango de materias como la arqueología, la antropología, el folclore, la lingüística, las tradiciones
orales evangélicas y los estudios religiosos e
históricos.
FUENTE: https://es.wikipedia.org/wiki/Biblia
No hay comentarios:
Publicar un comentario